Dejamos atrás un año complicado para la humanidad en su conjunto. Fuimos golpeados por una pandemia con fallecidos que se cuentan por millones, quizá aún no tomamos conciencia de que pocas generaciones viven una crisis tan compleja. Seguramente con el tiempo resignifiquemos lo acontecido y podremos hacer un balance más racional.
Aún las emociones están en primer plano, desde la sorpresa inicial con el miedo natural posterior y la tristeza de los seres queridos que no están. Posiblemente encontremos muchos aspectos positivos para tomar a pesar del contexto sanitario.
En este escenario nuevamente y por tercer año consecutivo debo decir que Hebraica crece. Y no es un eslogan vacío, está lleno de contenido. Estamos escribiendo la historia de nuestra institución, entre todos
Decíamos otros años que teníamos “que estar preparados para los grandes avances que ya están en el presente, pendientes de innovar, pero sin dejar de prestar atención a lo primordial”
Está escrito a fuego en esta Comisión Directiva que trabaja con decisión y firmeza mirando el futuro; concentrados en el legado y enfocados en dejar una verdadera huella. Tenemos una pasión por la institución que acompañamos con mucho esfuerzo, con el compromiso de diversas personas y la enorme convicción de que no debemos abandonar este camino que emprendimos.
Desde el día uno, buscamos que Hebraica consiga solidez económica y financiera. Nos propusimos equilibrar las cuentas y focalizarnos en los ambiciosos planes que prometimos en la campaña.
Cientos de familias confiaron en el proyecto y antes de la llegada de la cuarentena de marzo 2020, teníamos 1500 socios nuevos. Durante los meses más difíciles teníamos un campus virtual que llegó a 100.000 ingresos al mes y más de 20 instituciones fueron ayudadas por la nuestra para que digitalizaran sus procesos y actividades.
Nos comprometimos con la sociedad, abriendo las puertas de Pilar al Centro de Aislamiento preventivo para Covid 19 en Hebraica, donamos sangre para la Fundación Garrahan y aportamos viandas solidarias desde Mitnadev a familias de presidente Derqui en situación de vulnerabilidad. No dejamos de hacer lo que debimos en ese momento.
En este año reconocemos el trabajo constante en todas las áreas de nuestra institución y permítanme destacar adicionalmente los cuadernillos de Pesaj y Jaguei Tishrei desarrollados por juventud y que fueron repartidos en las escuelas de la red. En deportes tenemos un equipo de primera en Futsal con un jugar de selección que da que hablar y enaltece nuestro nombre como Matías Edelstein. El representativo de Básquet disputa el Federal A. En adultos y cultura no dejamos de realizar actividades que destacan no solo por su constancia sino por su calidad. También se suma que desarrollamos el nuevo ingreso en Pilar y muchas obras de infraestructura que incluye la reapertura de la pileta en Sarmiento.
Es muy importante puntualizar los tres puntos más destacados que se recordarán por siempre
- El acondicionamiento y apertura de Hebraica Belgrano
- El puntapié inicial del Masterplan SHA en Pilar
- Y los convenios educativos con Arlene Fern (gracias a la apoyo de Sergio Brukman de la Fundación Judaica y Ariel Sicorsky de la escuela) y ORT Argentina, que junto a su presidente Darío Jaraj y su director ejecutivo Adrián Moscovich se comprometieron con este proyecto tan relevante.
Vamos a pedirles que crean en los sueños, porque ya son realidad, que hagan propio el proyecto, se comprometan y apoyen. Porque dar es mucho más placentero que recibir.
En este sentido, debo agradecer especialmente a Gustavo Mohadeb por ser el motor que esta institución necesita. Su potencia es un ejemplo que debe ser reconocido.
Queridos socios de este gran hogar llamado Hebraica. Todo lo realizado busca consolidar con amor el espíritu que nos representa como institución. Nuestra identidad con un presente a puro movimiento y un futuro con proyectos que conmueven
A pesar del contexto, la pandemia y la crisis económica, con firmeza les digo, que este año más que nunca. Hebraica Crece. Los necesitamos, a todos los que quieran comprometerse y continuar con este proceso de constante avance.
El progreso no se detiene, por eso a pesar de las circunstancias, quiero expresarles mi convicción de que debemos andar todos, juntos y en familia; por Hebraica.
Cuando escuchemos el sonido del Shofar, pensemos en las dificultades sin perder de vista que debemos hacer, seguir trabajando por el bien común. Por la comunidad, potenciando los valores judíos de la continuidad, la educación, justicia social, bienestar en sociedad, respeto y Tikun Olam.
Por un dulce y positivo 5782. Vayamos juntos por la senda del progreso, la paz, la salud.
SHANÁ TOVÁ UMETUKÁ
Hebraica Somos Todos.
Hebraica Crece.
Vamos SHA.
Jonathan Lemcovich
Presidente Hebraica Argentina
