No me canso de remarcar lo maravilloso que es ser testigo de la frecuencia con la que los socios de Hebraica se unen como comunidad para apoyarse mutuamente.
Recientemente me encontré con un pequeño pero útil y práctico ejemplo de esto: un chat comunitario.
Aquí nos encontramos con un problema que los socios de Hebraica han enfrentado en numerosas ocasiones: las noticias oficiales sólo vienen de fuentes oficiales. Pero muchas veces uno sólo quiere charlar con otros socios para enterarse de lo que está pasando desde su perspectiva. O algunas veces sólo para compartir inquietudes menores de la comunidad, del tipo de «Che, encontré esta botella de agua, ¿a alguien se le perdió?» o «Te dejaste las luces del auto prendidas, ¡se te va a agotar la batería!» o «Me sobró leña del asado, ¿a alguien le sirve?». Tener un lugar donde se pueda hablar y escuchar a los demás de manera directa, es útil dentro de cualquier comunidad.
En las comunidades tradicionales del oeste, esto se daba en las iglesias (o, por supuesto, en las sinagogas para nosotros los judíos). Ese era el lugar al que uno iba para enterarse de las noticias, presentar sus inquietudes, para ver y ser visto.
En nuestro mundo moderno, más secular, es lógico que ese lugar se haya transformado en un espacio virtual donde podamos congregarnos. Y, por supuesto, la única plataforma en la que esto podría suceder es en WhatsApp porque, después de todo, estamos en Argentina y la vida argentina transcurre en WhatsApp para fines de conversación comunitaria. (Excepto para nuestros abuelos, que, para este propósito, usan una plataforma llamada algo así como Face-algo, no estoy muy seguro.)
Hubo algunos otros intentos fallidos de crear dicha comunidad en el pasado. Un desafío muy común al que todos se han enfrentado (lo que ha causado que todos los intentos anteriores caigan en desuso), es que las comunidades tienden a tener reglas muy laxas, y su aplicación es bastante laxa también, por lo que los peores elementos suelen ser los que terminan tomando el control. En cualquier comunidad, el 1% de sus miembros será más difícil de manejar que el 99% de los otros miembros (¡esa es una tautología con todas las letras!), entonces, si ese 1% no se detuviera, toda la comunidad terminaría siendo abrumada por cosas como el spam, las ventas, la autopromoción, y hasta por ese 1% que simplemente disfruta de un buen flaming y necesita desahogar su ira en algún lado. (Recordatorio: todas las opiniones en este artículo provienen de su propio autor, no forman parte de ningún anuncio oficial.)
¿Cuál vendría a ser la solución a este problema? ¡La autogestión al rescate! Un miembro de la comunidad de Hebraica que está muy abocado (como muchos de nosotros) a llevar a cabo acciones para ayudar a nuestra comunidad a mejorar y crecer día a día, creó un nuevo grupo de chat de WhatsApp, pero con una vuelta de tuerca: sólo se acepta buena energía, con reglas estrictas sobre las ventas y la autopromoción. ¿Querés dejar salir toda tu toxicidad? Genial, hay muchos otros lugares para eso. Pero si tené ganas de charlar de forma positiva y saludable, ahora existe una comunidad perfecta para vos.
Y la mejor parte: el fundador de esta comunidad autogestionada ha estado haciendo un muy trabajo a la hora de hacer cumplir las reglas. Las publicaciones que violan las reglas están siendo eliminadas.
Esto no es para todo el mundo – algunas personas siguen prefiriendo el salvaje lejano oeste de las comunidades en línea – pero lo hermoso de la autogestión es que, valga la redundancia, ¡es autogestionada! Podés elegir participar en lo que quieras, así como no participar en lo que no quieras. Este es, aún, un país libre. ¡Al menos por ahora!
Si querés unirte a esta comunidad, podés hacerlo a través de este link.