8 de octubre
Todas las formas de tristeza,
reunidas en un solo día.
Todos los desgarros imposibles
de almas y de cuerpos,
ante nosotros.
El llanto infinito
de una estrella
es un grano
de arena
seco
frente al dolor
de la madre.
Apenas
una pizca de polvo
frente a los ojos
redondos
y abiertos
de un niño.
¿Quién puede
hacer esto
y volver a su casa
entre festejos?
Y este dolor
de vernos
hechos soldados
para defendernos,
¿cómo lo explicamos?
¿Cómo lo explico?
¿Dónde quedaron
los atardeceres en el campo
y los rumores
de la brisa
mientras cantábamos?
¿Dónde quedó
lo que éramos?
En nuestro corazón, hijo mío,
allí dentro,
porque nosotros,
los agricultores
que sembramos
sueños
en el tiempo,
seguiremos soñando
como hace milenios.
Y aunque hoy
demos vuelta la tierra
para buscar a los que se llevaron,
te lo prometo,
ayudaremos a sembrarla
de nuevo.
Y volveremos entonces
a abrir las puertas
de las casas
para invitar a todos,
hermanos y vecinos,
a compartir la vida
y reconstruir
los sueños.
Así lo haremos.
Te doy como prueba
nuestras sonrisas
y nuestros rezos.
Si disfrutaron este poema y desean leer más, pueden pasar por la Oficina de Atención al Socio de la Sede de Hebraica Pilar, donde encontrarán su libro “Esa Forma Tan Suave Sobre Las Piedras” en nuestra nueva Biblioteca de Libros Escritos por Nuestros Socios.