A. B. Yehoshua: el «Faulkner» israelí

featured-40899

Cuatro años han transcurrido entre la muerte de Amos Oz y la de A B Yehoshua, o ‘Buli’, su nombre de pila, amigos íntimos e iconos de una generación junto a David Grossman, que logró traspasar fronteras con sus novelas y colocar a Israel en el mapa literario mundial. Yehoshua, fallecido el pasado 14 de junio, deja un legado de once novelas, cuatro obras de teatro y tres colecciones de cuentos cortos traducidos a 28 idiomas. Desde que ‘The New York Times’ le calificara como ‘el Faulkner israelí’ convivió con esta etiqueta con la que se sentía cómodo porque nunca ocultó su admiración por el escritor estadounidense y su influencia en obras como El amante (1977), Un divorcio tardío (1982) o El señor Mani (1989).

Es simbólico que haya muerto justamente durante el “Mes del libro hebreo”, siendo uno de los escritores más prestigiosos de Israel. Yehoshua nació en Jerusalén en 1936, quinta generación de judíos sefarditas instalados en Palestina. Sirvió en el ejército como paracaidista y tras licenciarse en Literatura en la Universidad Hebrea de Jerusalén, se dedicó a la docencia. De 1963 a 1967, vivió en París. Enseñó en la Universidad de Haifa desde 1972 como catedrático de Literatura comparada. También impartió clases como profesor invitado en Harvard, Columbia y Princeton.  Recibió importantes distinciones, como el Bialik Prize y el Israel Prize, y doctorados honoris causa por las universidades de Tel Aviv, Turín, Bar-Ilan University y la Scuola Normale Superiore de Pisa.

Yehoshua fue también un activo partidario del Movimiento por la Paz de Israel. Siempre expuso con lucidez sus puntos de vista políticos en ensayos y entrevistas.

Sus obras literarias, narrativas y dramáticas, así como sus numerosas intervenciones sobre los temas más candentes del momento -históricos, sociales, culturales- le valieron una resonancia internacional y le convirtieron en un escritor de culto.

En sus obras, Yehoshua tiene el arte de captar la atención y la simpatía del lector con historias y formas de escribir que varían en cada una de ellas. Utiliza diferentes géneros literarios: novela histórica (Viaje al fin del milenio), relato alegórico (La muerte del ancianoEl ayuno vespertino de Yatir), fondo social (El amanteDivorcio tardío), saga familiar (El señor Mani). A ello se suma el arte de la narración, convincente y fluida, la viveza de las descripciones y los diálogos, la precisión y variedad de los rasgos psicológicos, la particular representación de los sentimientos y del alma, la vena irónica y humorística, y el hábil tejido de la historia.

El tema dominante de su obra es la identidad judía. Como brillante narrador, la hace surgir de las más variadas situaciones y fermenta el alma de los personajes, provocando heridas y dilemas. Yehoshua seduce al lector con la magia del arte, pero en el trasfondo de su obra está siempre el angustioso dilema de la identidad judía y el dramático tema de la convivencia entre israelíes y palestinos.

“Nos ofreció una aguda y fidedigna imagen, a veces también dolorosa, de nosotros mismos”, expresó el presidente israelí, Isaac Herzog, al despedirlo.

La literatura israelí se queda huérfana de su generación dorada y David Grossman, de 68 años, es quien continúa la tarea.

Mica Hersztenkraut es la Directora de Comunicaciones de Hebraica.

Categorías

Artículos populares

Nuestro boletín semanal, recargado.
Nuestro boletín semanal, recargado.
Nuestro boletín semanal, recargado.

Artículos recientes y sugerencias

Si bien la historia del éxodo fue relatada de generación en generación durante más de 3.500 años, la copia más antigua de la Hagadá que se lee hoy en día tiene 850 años y fue encontrada entre una cantidad de libros judíos, pergaminos y papeles descartados en El Cairo.
Somos un grupo de socios, todos voluntarios, que están tratando de abordar uno de los desafíos que enfrenta el club.