Llegamos a la conducción de Hebraica en un momento crítico, con grieta interna, peleas constantes y dificultades económicas. Hemos pasado un año intenso en muchos sentidos, en el que elegimos desarrollar una gestión comprometida y transparente por sobre las discusiones del pasado.
Nos concentramos en trabajar sin pausa para lograr que nuestra institución vuelva a ocupar el lugar de referencia que nunca debió ceder. Queremos ser un ejemplo para seguir.
Logramos sanear Hebraica, curarla. Seguimos haciéndolo día a día. Balanceamos las cuentas y regularizamos la parte operativa. Bajamos las deudas más de la mitad, lo hicimos simplemente con honestidad y esfuerzo.
Conseguimos crecer como nunca: con 1500 socios nuevos, mejor infraestructura, SHA es cardio segura, generamos convenios con INADI, La Fundación Judaica, Bet Hilel, la Casa de Ana Frank… Trajimos referentes políticos, comunitarios, sociales, emprendedores. Sumamos actividades. Por segundo año consecutivo pudimos a superar la cantidad de chicos en los campamentos. Rescatamos el valor del voluntariado. Tenemos nueva señalética, variadas campañas de concientización, renovada página web, nueva app y sistema de pagos, entre muchísimas otras cosas…
Se vienen los proyectos más ambiciosos en 2020, pero no dejamos de planificar el 2050. Queremos asentar bases sólidas para un fuerte crecimiento.
Será nuestro legado.
Vamos a recuperar nuestra identidad histórica.
Volveremos a ser un orgullo comunitario.
Queremos llevar a Hebraica a ser una gran institución.
Feliz año nuevo.
Que tengamos un año 2020 de trabajo compartido y concretemos esos proyectos que alguna vez fueron sueños por cumplir.
Confiamos en el aporte de cada uno.
Todos somos Hebraica
Hebraica crece. Vamos SHA.