Como parte de la visión que tenemos para el futuro de nuestra amada Hebraica, uno de nuestros grandes objetivos –algo así como el «BHAG» («Big Hairy Audacious Goal», «Un objetivo grande, complicado y audaz» en español) en el léxico de las startups tecnológicas– es hacer de nuestra Institución un punto de encuentro y referencia internacional para la juventud judía en la diáspora. Es por eso que estamos trabajando en varias iniciativas que van en esa misma dirección.
Y esta es una de las razones por las que estábamos tan entusiasmados con la idea de que 40 jóvenes judíos franceses que tienen su propia versión de escuela de madrijim, el EEIF («Les Eclaireuses et Eclaireurs Israélites de France»), pasaran dos noches en Hebraica, mezclándose con nuestros propios madrijim de la misma edad (adolescentes tardíos).
Antes de compartir las perlitas de su estadía en Pilar, cabe resaltar dos aspectos bastante sorprendentes: los adolescentes franceses estaban súper entusiasmados con el mero concepto de Hebraica. ¡Una ciudad judía (que no está en Israel)! Una gran comunidad con un importante centro deportivo, mezclado con viviendas de todo tipo y con la vida cotidiana misma. Amplios espacios para jugar al fútbol, al básquet o a cualquier deporte que uno quiera, las 24 horas del día. Nos decían una otra y vez que no existe nada ni remotamente similar en Francia.
El segundo aspecto que nos sorprendió (y para bien) fue la manera en la que nuestros propios madrijim y adolescentes pudieron integrarse con ellos. Durante las diversas actividades desarrolladas, se dividieron en grupitos, mezclándose así los chicos de ambos países, de una forma muy natural y sin ninguna clase de presión. Incluso, a pesar de no hablar el mismo idioma, la comunicación fluía perfectamente de todos modos. En un momento dado, mientras caminaba por Pilar con algunos de los madrijim franceses, llegué a escuchar a varios de nuestros chicos saludarlos con un «¡Bonjour!». Y se rumoreaba que eran aún más los que querían acercarse a hablar con ellos, pero muchos desistían porque les ganaba la timidez.
Ahora sí, sin más preámbulos, pasemos a las perlitas de este histórico y memorable fin de semana:
- Llegaron un viernes por la tarde, cuando el Club aún estaba vacío, así que inmediatamente se instalaron en una de las canchas de fútbol con su pelota y armaron un partidito. Mientras tanto, en otro lugar, el resto de los chicos se reunía a cantar canciones con su guitarra, y, en un abrir y cerrar de ojos, cada rincón de la Sede se llenó de música.
- Esa misma noche, el Minián Hebraica celebró un Kabalat Shabat en el Doradito para agasajar a sus miembros habituales, así como también a nuestros 40 invitados franceses, por supuesto. Fue hermoso y un éxito total, especialmente la parte del baile con Lejá Dodí.
- Al término de la ceremonia de Kabalat Shabat, disfrutamos de una gran cena comunitaria, que incluyó un Dvar Torá de nuestro Rabino, y mucha confraternización entre franceses y argentinos. Me conmovió mucho ver a algunos de los madrijim franceses jugando y cuidando de nuestros chicos más pequeños durante la cena.
- Después de la cena, a uno de nuestros socios se le ocurrió que podían ir todos juntos al nuevo Estadio Arena para un partido nocturno. ¡Y así fue! ¡Los socios de Hebraica y los madrijim franceses jugaron partidos simultáneos de fútbol y básquet en el nuevo gimnasio hasta la una y media de la mañana! Incluso cuando llegaron ya había otros socios random tirando al aro y pasando el rato, y se terminaron uniendo a los equipos para jugar todos juntos. Entre ellos se encontraba uno de nuestros profesores de básquet del Club, que hasta los terminó invitando a su clase del día siguiente.
- La mañana siguiente, los madrijim franceses desayunaron ligeramente en el Restó de la Sede, y luego se unieron al Minián para su servicio de Shajarit de cada sábado por la mañana. Como éramos tantos, tuvimos que hacerlo en el teatro, lo cual nos hizo sentir como si estuviéramos realmente en una sinagoga, lo cual hizo que la experiencia sea aún más maravillosa. Uno de los momentos más memorables fue cuando los 40 madrijim franceses comenzaron a cantar las canciones típicas pero con melodías completamente diferentes a las nuestras, y como ellos eran tantos y nosotros tan pocos, sus versiones les ganaron completamente a las nuestras, lo cual terminó siendo muy gracioso y divertido para todos, especialmente cuando soltaron al unísono un gran «¡OOOOOOH!» después de la primera línea de «Oseh Shalom».
- Luego de los servicios matutinos del sábado, los madrijim franceses compartieron un Kidush/almuerzo con nuestros madrijim, en el que al fin tuvieron la oportunidad de conocerse con mayor profundidad. Fue un día hermoso, así que se sentaron afuera para disfrutar del aire libre e intercambiar.
- Después del almuerzo, muchos de los madrijim franceses fueron a las canchas que estaban libres, donde algunos de nuestros socios estaban jugando informalmente, y jugaron juntos. Otros fueron al Doradito y estudiaron con el rabino del Minián.
- A las 3 de la tarde, los madrijim franceses se unieron a nuestro Acto organizado por el Departamento de Juventud junto a nuestros madrijim para honrar el 30° Aniversario del Atentado a la AMIA. Nuestros anfitriones aprovecharon la oportunidad para agradecerle a nuestros invitados franceses. Y terminamos cantando Hatikva todos juntos en un momento emotivo.
- Después del Acto, un madrij francés se lesionó el pie jugando al fútbol y, afortunadamente, en Pilar tenemos un médico las 24 horas los fines de semana, así que pudo asistirlo y vendarle el pie y la crisis fue superada. Mientras tanto, los otros madrijim franceses seguían juntándose con nuestros madrijim para jugar algún deporte.
- También hubo una merienda a última hora de la tarde entre nuestros madrijim más jóvenes y los madrijim franceses que, según dicen, fue el punto cúlmine del fin de semana. Grupos mezclados, conversaciones divertidas. Uno de los madrij, Ari, que había hecho un video para enviarle a los franceses antes de que vinieran, incluso contó que varios madrijim franceses se le acercaron para decirle: «¡Tú eres Ari, el del video!»
- La noche concluyó con el Minián celebrando una Havdalá Musical especial en honor a nuestros invitados y, por supuesto, a nuestros socios, que incluyó canciones y bailes, y luego una gran hamburgueseada de despedida para todos.
- Su micro llegó el domingo a las 6 de la mañana para buscarlos, y así continuaron con su travesía destino a Salta.
En resumen, fue un gran fin de semana, ¡y estamos ansiosos porque se repita!