¡Tenemos muchas expectativas porque los Eclaireurs y Eclaireuses franceses (su versión de nuestros madrijim) vienen a Argentina y se van a quedar dos noches en Pilar con nosotros! Hoy sólo queremos compartirles una pizca de la emoción que tienen los propios madrijim.
Los judíos de Francia tienen su propio concepto equivalente a los Madrijim, donde las nuevas generaciones de chicos judíos son entrenados para ser líderes y resolver problemas de la vida real. Y como parte de su formación, los Madrijim franceses son enviados a un país lejano. Este año el destino elegido es Argentina. ¡Y van a conocer a sus contrapartes argentinas en Hebraica!
Hemos incorporado un nuevo sistema que estamos anunciando ahora a todos nuestros voluntarios y profesionales: a partir de ahora cualquier voluntario o profesional puede diseñar sus propios materiales para usar.
El Departamento de Socios (con la ayuda del Departamento de Cultura) está emocionado de anunciarles la nueva iniciativa que acabamos de lanzar: ¡estamos inaugurando una biblioteca de libros únicamente escritos por socios!
El pasado viernes por la noche, el Restó Golf vivió una transformación: estaba radiante, vibrante y rebosante con una actividad emocionante y única: un Kabalat Shabat Masorti autogestionado por socios.
Cada socio de Hebraica tiene su propia experiencia de nuestro club. Esta obra de arte es una representación de los tipos de personas y experiencias que dicho artista ha vivido en Hebraica.
En un nuevo capítulo de nuestra serie de “pequeñas victorias” para mejorar la “Atención al Socio” en Hebraica, Marina Dodero (la nueva coordinadora del Departamento) acaba de anunciar tres pequeños cambios adicionales a la reapertura de nuestra antigua oficina en la Sede Pilar.
Tenemos un anuncio muy, pero muy pequeño, pero estamos muy, pero muy emocionados de compartirlo: durante la primera semana bajo el nuevo liderazgo de Marina Dodero, ya hemos implementado un cambio pequeño, pero que esperamos sea muy útil: estamos recuperando la mini-oficina de “Atención al Socio”.
No me canso de remarcar lo maravilloso que es ser testigo de la frecuencia con la que los socios de Hebraica se unen como comunidad para apoyarse mutuamente.